Poliarteritis juvenil: síndrome de dolor en Beagle
Urgencia: Lo antes posible
Pronóstico: Bueno

La poliarteritis juvenil es una enfermedad rara que se caracteriza por la inflamación simultánea, de una o varias arterias, que se presenta con irritación de los pequeños vasos en la médula espinal del cuello y en el corazón. 

Médicamente se conoce como el síndrome de dolor en Beagle porque suele afectar a perros jóvenes de la raza Beagle aunque tambiénse ha diagnosticado en boxers y perros de montaña berneses.

Síntomas

Los síntomas (comunes a una infección bacteriana) son: fiebre alta, dolor, un alto número de glóbulos blancos, rigidez de cuello, espasmos musculares, falta de apetito y falta de voluntad para moverse. El dolor en extremidades, cuello y espalda, puede hacer que el perro se mueva con la cabeza bajada, jorobado y hasta emitiendo gruñidos.

Los síntomas parecen una infección bacteriana y esto hace que sea difícil de diagnosticar correctamente. En este caso, los síntomas aparecen y desaparecen y se hacen evidentes normalmente entre los 4 y 10 meses de edad. 


Causas

Es de origen genético sin embargo, también se sospecha que puede estar relacionado con un factor autoinmune.

Diagnóstico

El veterinario realizará un examen físico exhaustivo junto un análisis de sangre completo, radiografías y punción lumbar para descartar otras enfermedades como la meningitis bacteriana, un tumor espinal, la inflamación de un disco vertebral o una enfermedad del disco cervical.

Para visualizar las arterias inflamadas normalmente utilizará imágenes de radiografía. Si el diagnóstico no estuviera claro, el veterinario podría recurrir a una biopsia del tejido de las arterias inflamadas. La biopsia es un método muy invasivo que sólo se utilizará como último recurso.


Tratamiento

El veterinario recetará prednisona, un medicamentos similar a la cortisona que actúa como antiinflamatorio e inmunosupresor. El tratamiento podría durar unos meses. Durante el curso del tratamiento, la cantidad se reducirá lentamente a la dosis más baja posible necesaria para controlar los síntomas. 

Si los síntomas volvieran, el tratamiento con esteroides deberá comenzarse nuevamente. 

Durante la recuperación, hay que mantener al perro en un ambiente tranquilo y silencioso, libre de niños y de otras mascotas. Los esteroides provocan retención de líquidos y aumento de la sed, por ello conviene que el perro salga frecuentemente para orinar aunque sea solo por una pequeña cantidad.