El reflujo gastroesofágico puede causar esofagitis con cantidades variables de daño. La esofagitis leve se limita a una leve inflamación del revestimiento del esófago, mientras que la esofagitis ulcerosa es más grave porque causa daño a las capas más profundas del esófago.
El historial de comportamiento del gato puede revelar síntomas como escupir comida (regurgitación), evidencia de dolor (maullidos) al tragar, falta de apetito y pérdida de peso. Un examen físico a menudo no revelará ningún hallazgo concreto. La esofagitis grave puede incluir síntomas de fiebre y salivación extrema.