Sangrado nasal.

La hemorragia puede provenir de distintas fuentes: coagulopatias, heridas, presencia de cuerpos extraños en las fosas nasales, cáncer, leucemia, infecciones bacterianas y fúngicas.

Se efectuará un examen físico completo, perfil sanguíneo completo, perfil químico sanguíneo, hemograma completo, análisis de orina y prueba para determinar si existe una enfermedad de la médula ósea. También se realizará un perfil de coagulación para determinar si el problema de sangrado es causado por problemas de coagulación. 

El veterinario también deberá determinar si hay evidencia de fiebre de las montañas rocosas, zoonosis causada por la picadura de una garrapata infectada con una bacteria. Se realizará una prueba de tiroides y si es el caso, una tomografía axial computarizada (TAC). 

El tratamiento que reciba dependerá de las causas del sangrado. Si sufre de coagulopatía, deberá ser hospitalizado. Si el problema de coagulación es causado por alguna enfermedad hepática, se tratará la causa subyacente. Evite suministrarle a su perro medicamentos antiinflamatorios no esteroideos ni otros medicamentos sin consultar antes con el veterinario. Si la condición está causada por la hemofilia, el perro necesitará de transfusión. Si es por anemia, es posible que también requiera de transfusión sin necesidad de hospitalización. Si la causa es una infección bacteriana, se recetarán antibióticos; por otro lado, para el tratamiento de tumores en la médula ósea, se podrá prescribir quimioterapia o radioterapia. 

También será necesaria la cirugía si la hemorragia está causada por cuerpos extraños, tumores en las fosas nasales o infecciones fúngicas. 

En caso de presentar una hemorragia grave, debe mantener a su perro en una jaula para disminuir la presión arterial y promover la coagulación. Una vez que su mascota esté en casa, debe evitar cualquier excitación para evitar episodios hemorrágicos. Los aerosoles nasales de epinefrina diluida también pueden ayudar.