Una reacción grave requiere de hospitalización inmediata y vigilancia continua durante 24 a 48 horas después de la reacción. Una inyección de adrenalina es aconsejable en casos graves porque ayuda a contrarrestar la reacción alérgica y a reducir la hinchazón. El gato podría necesitar de una vía aérea para respirar con normalidad. Además, la fluidoterapia también suele ser necesaria para disminuir los niveles de shock e hidratar el animal. El veterinario administrará corticoesteroides y antihistamínicos para controlar la alergia.
Una vez identificado el agente causante de la reacción alérgica, lo más aconsejable sería evitarlo. El veterinario le enseñará qué medidas tomar ante una futura emergencia y que esta pueda manejarse de forma efectiva.