Inflamación del interior del ojo que provoca enrojecimiento ocular, sensibilidad a la luz, exceso de lagrimeo y opacidad de la cornea, La enfermedad también provoca pérdida de pigmentación de la piel en la nariz, los labios, los párpados, las almohadillas, el escroto, el ano y el paladar duro.

La causa del síndrome uveodermatológico un trastorno autoinmune subyacente. A pesar de que aún se desconoce el desencadenante, se cree que puede haber estimulación de la acción de linfocitos T citotóxicos hacia los melanocitos a raíz de una infección viral.

El veterinario preguntará por el historial médico y los síntomas detectados. Después, realizará una inspección física con especial atención en la piel y los ojos y solicitará las analísticas estándar para conocer el estado de salud del perro: hemograma completo, perfil sanguíneo químico, análisis de orina y panel de electrolitos

El veterinario tomará muestras de tejidos de piel para que un patólogo veterinario determine cualquier anormalidad. Los perros con la enfermedad presentarán inflamación y pérdida de melanocitos. El veterinario también realizará una ecografía ocular para ver la extensión de la uveitis. 

Inicialmente, deberá suprimirse la respuesta inmune anormal que se está ocasionando contra los ojos y la piel. Para ello el veterinario recetará inmunosupresores y también corticoesteroides para rebajar la inflamación. El veterinario también recetará gotas para los ojos para prevenir daños permanentes en la visión. Si no se tratara correctamente, el perro podría llegar a perder la vista.

Durante el tratamiento se inactiva al sistema inmunitario pero esto puede conducir a otras complicaciones y es necesario proteger al perro para que no contraiga entonces infecciones graves.