Tos, problemas respiratorios, síndrome de la vena cava craneal (hinchazón de la cabeza, el cuello o las extremidades) y miastenia gravis (debilidad muscular y regurgitación frecuente)
El timoma es un tumor originado en el epitelio del timo asociado con la miastenia gravis, enfermedad autoinmune caracterizada por una alteración de la unión neuromuscular, provocando debilidad en distintos grupos musculares.
El timo es un órgano ubicado frente al corazón, en la caja torácica. Es en el timo donde se multiplican y maduran los linfocitos T, células especializadas del sistema inmunitario adaptativo medidores de la respuesta inmune contra antígenos intracelulares.
Tos, problemas respiratorios, síndrome de la vena cava craneal (hinchazón de la cabeza, el cuello o las extremidades) y miastenia gravis (debilidad muscular y regurgitación frecuente)
Sus causas son aún desconocidas. Es un cáncer poco frecuente y a menudo está estrechamente relacionada con la miastenia gravis.
El veterinario realizará un examen físico completo acompañado de una evaluación del perfil bioquímico, conteo sanguíneo completo, análisis de orina y panel de electrolitos. El análisis de sangre o la prueba de Tensilon detectarán la miastenia. En la sangre se pueden detectar los anticuerpos que destruyen a los receptores de la acetilcolina que es un neurotransmisor y en la prueba de Tensilon se verá si los musculos reaccionan de forma normal ante los impulsos nerviosos.
Igualmente, las radiografías torácicas confirmarán el diagnóstico. Pueden evidenciar una masa entre los pulmones, derrame pleural (acumulación de líquidos en pulmones) y megaesófago o dilatación esofágica (lesión en el esófago que obstaculiza el paso del alimento al estómago).
El tratamiento quirúrgico es necesario para extirpar el timoma. Es altamente invasivo y difícil de eliminar. Los perros con miastenia gravis concurrente o neumonía (por aspiración) tendrán un pronóstico negativo a pesar de la extracción quirúrgica. Lamentablemente, el 20 al 30% de los timomas son malignos y se extienden por todo el tórax y/o abdomen.
Si el tumor es extraíble y no se ha diseminado a otras partes del cuerpo, el pronóstico es bueno. Deberá acudir cada tres meses al veterinario para sacar radiografías del tórax de su mascota para evidenciar la ausencia o presencia del mismo.