- Debilidad de las extremidades
- Desequilibrio
- Dolor de cuello o de cabeza
- Marcha descoordinada
- Anomalías posturales
El disrafismo espinal son trastornos de diversa índole en el desarrollo de la médula espinal que provocan problemas neurológicos. El disrafismo puede ser progresivo o no progresivo.
Normalmente es una enfermedad hereditaria. Sin embargo, los trastornos de la médula pueden estar motivados también por infecciones, traumas o tumores.
El veterinario preguntará por la aparición de los primeros síntomas. También realizará una exploración física para comprobar reacciones neurológicas y reflejos. También podría solicitar las habituales analíticas de sangre y de orina pero los resultados serán normales.
Para un correcto diagnóstico el veterinario realizará pruebas de imagen. Los rayos X dejarán al descubierto la presión sobre la médula espinal.
Si los síntomas son leves el veterinario puede decidir no hacer nada. Sin embargo, en casos graves lo más adecuado será una intervención quirúrgica que permita mejorar el problema o frenar la progresión.
El veterinario también puede prescribir medicamentos para disminuir la presión sobre la médula espinal o el cerebro.
En algunos casos no es posible la operación y el gato no responde ante los medicamentos. En estos casos, el veterinario puede sugerir como mejor opción la eutanasia para evitar que el gato sufra.