- Pérdida de apetito
- Abdomen blando
- Ictericia (ojos amarillos)
- Letargo
- Fiebre repentina
- Deshidratación
- Ampliación de los ganglios linfáticos
- Aumento de tamaño del hígado o del bazo
- Parches blancos o úlceras en la lengua
La tularemia es una infección bacteriana de rápida propagación que suele ser mortal y está provocada por la bacteria Fracisella tularensis.
También se conoce como fiebre del conejo porque es una enfermedad habitual en los animales de granja.
Lo más habitual es que la enfermedad sea transmitida por mosquitos o garrapatas. Sin embargo, podría no ser necesario un vector de transmisión y el gato podría quedar infectado al entrar en contacto con la bacteria al por ejemplo beber agua infectada o al inhalar la bacteria.
Es complicado de diagnosticar. El veterinario primero preguntará y se interesará por si el gato ha estado cerca de alguna granja o con otros animales. El veterinario deberá proceder con un diagnóstico diferencial. O sea que tendrá que ir descartando otras posibles enfermedades.
El veterinario empezará con una analítica de sangre y orina completa. Un gato infectado podría tener más glóbulos blancos de lo normal y niveles bajos de glucosa, sodio y plaquetas.
En muchas ocasiones debido a la gravedad de la enfermedad, el diagnóstico es post mortem porque el veterinario detecta una hemorragia en los pulmones junto con agradamiento del hígado, bazo y ganglios linfáticos.
Sólo se puede tratar de forma agresiva con antibióticos, pero es difícil. Para la recuperación es importante coger la enfermedad lo antes posible.
El veterinario deberá seguir de cerca todo el tratamiento porque los antibióticos utilizados de forma masiva presentan contraindicaciones que pueden afectar gravemente la salud del gato.
La tularemia es muy contagiosa entre animales. Las personas también se pueden contagiar y es recomendable lavarse las manos a menudo y aislar a las personas con un sistema inmunitario debilitado.
El pronóstico es malo y lo mejor es prevenir. Si el gato vive cerca de una granja o con otros animales hay que utilizar un buen antiparasitario para evitar los vectores de transmisión.