Por lo general no sufre síntomas. En ocasiones inflamación localizada.

La causa es desconocida aunque se piensa que son tumores de origen congénito.

El veterinario hará un examen físico al perro y le preguntará sobre la aparición de los primeros síntomas para descartar opciones. De la misma forma, normalmente también es aconsejable un análisis completo para descartar otras enfermedades (un análisis de orina y de sangre serán normales porque el tumor es inofensivo).

Para un correcto diagnóstico y tratamiento será necesario efectuar radiografías y un ecocardiograma. Con las radiografías el veterinario podrá ver el tamaño del tumor y con el ecocardiograma detectar posibles arritmias. Si con esto no estuviera clara, el veterinario también puede decidir solicitar una biopsia.

Dado que se trata de un tumor inofensivo y una cirugía en el corazón conlleva riesgos, lo más habitual es no hacer nada e ir controlando la evolución. La principal preocupación sería que el rabdomioma conduzca a una insuficiencia cardíaca con obstrucción del flujo sanguíneo. 

Si el rabdomioma se presentara en cualquier otro músculo del cuerpo, lo normal sería aplicar cirugía para eliminarlo.