Uretra anormal en perros
Urgencia: Puede esperar
Pronóstico: Bueno

Existe una anomalía congénita llamada ureter ectópico. En dicha anomalía, uno o ambos uréteres se desplazan hacia la uretra en los machos o la vagina en las hembras. Debido a esta enfermedad, los perros con uréter ectópico padecen incontinencia urinaria. La ectipia bilateral afecta por igual a los dos uréteres y la unilateral, solo a uno. 

Los perros que se ven afectados tienen el eje del tubo de derivación entrando por la pared de la vejiga en lugar de entrar por la base de la misma. Es menos frecuente que el uréter se abra en el suelo de la vejiga, manteniéndose como canal en la uretra.  

Es una de las causas de la incontinencia urinaria en los perros. Es más habitual en razas como Labrador Retriever, Golden retriever, Husky siberiano, Terranova, Bulldog, West Highland White Terrier, Fox Terrier y Caniches minatura. En cualquier caso, el componente hereditario juega un papel importante en esta enfermedad. 


Síntomas

La Inflamación de la vagina (vaginitis) o la incontinencia serían uno de los síntomas que podría mostrar en las hembras. Es muy poco frecuente en machos

Causas

Causas hereditarias

Diagnóstico

Se utilizará una técnica llamada uretrocistoscopia: mediante la inserción de un tubo con cámara se examina la vejiga del perro para determinar la abertura hacia la uretra o la vagina. 

También se buscarán perforaciones en la estructura de la uretra denominadas fenestraciones uretrales y otras anomalías como estrías, depresiones y abultamientos. Mediante rayos X se podrá ser aún más preciso. 

Gracias a la perfilometría de la presión uretral se miden las variaciones de la superficie con el fin de detectar el mal comportamiento del esfínter. Ahora bien, si el uréter está desplazado los resultados de esta prueba pueden no ser fiables. 

Tratamiento

Un uréter ectópico precisa una intervención quirúrgica, mediante la cual se abre una nueva abertura uretral en la vejiga. Otra opción es la extirpación del riñón bloqueado o infectado. Una parte del uréter desplazado tendrá que ser eliminado y, posteriormente reconectar la apertura del mismo con la vejiga. 

Durante la recuperación de la cirugía, el músculo uretral estará débil. Algunos cachorros, después de su primer celo, son capaces de controlar la micción. En cualquier caso, un perro con problemas de incontinencia no debe ser esterilizado antes de su primer celo. 

Después de la cirugía, el veterinario debe realizar un seguimiento completo. Una prueba para ello es la inyección del colorante, que permitirá la inspección ocular del lugar donde se ha practicado la cirugía. 

En las hembras se puede elevar la vagina para sostener el cuello de la vejiga, en el punto donde se unen la uretra y la vejiga usando la técnica de coloposuspensión. Así se corrige la incontinencia. 

Si esta persiste, se prescribirá fenilpropanolamina que es un antibloqueante para mejorar el flujo urinario y, al mismo tiempo aliviar la tensión y el dolor. La terapia hormonal reproductiva puede provocar un aumento de la sensibilidad natural de los receptores de respuesta al estrés de la uretra. 

Para el control del músculo uretral de las perras esterilizadas se administrará estrógeno no estoroideo (Diethylstilbestrol). Una terapia de estrógeno y fenilropanolamina puede controlar la incontinencia de mantera más efectiva. 

Para los machos con problemas de incontinencia, se recetará terapia con esteróides. El propionato de testosterona se pude administrar al principio para una mayor efectividad. Para una terapia a más largo plazo se recetará cipionato de testosterona.