Picor, úlceras en la piel, machas rojas o púrpuras en la piel, edemas, falta de apetito, fiebre y depresión.
La vasculitis cutánea es producto de la inflamación de los vasos sanguíneos debido a la proliferación de neutrófilos, linfocitos o eosinófilos. Las razas salchichas, Collies, pastores de Shetland, pastores alemanes y Rottweilers están en alto riesgo de padecer este extraño trastorno.
Podemos distinguir 3 tipos de vasculitis cutáneas:
Picor, úlceras en la piel, machas rojas o púrpuras en la piel, edemas, falta de apetito, fiebre y depresión.
Podemos encontrar distintas causas. Las principales serían:
Tras conocer el historial de la salud de la mascota, el veterinario realizará pruebas rutinarias de laboratorio que incluyan un perfil sanguíneo completo, panel de electrolitos y análisis de orina. Tomará muestras de fluidos y de las capas superiores de la piel y, con la ayuda de un patólogo, se determinará si hay daños en los vasos sanguíneos, si hay necrosis, hemorragias o edemas dentro de la piel. Si se observa signos de infección, se podrán ordenar pruebas de cultivo para aislar el organismo infeccioso causante de la inflamación.
El tratamiento dependerá de la causa subyacente de la enfermedad. Si la inflamación es ocasionada por una enfermedad inmunomediada, se le administrarán medicamentos para suprimir la respuesta anormal del sistema inmunitario. Por otro lado, si es generada por una infección, se le suministrará antibióticos y líquido intravenoso en caso de que el perro esté deshidratado.
Se necesitarán exámenes de seguimiento cada dos semanas para monitorear el progreso de la terapia. Si se le ha proporcionado medicación para inhibir el sistema inmunitario, la mascota estará expuesto a infecciones y efectos secundarios graves por lo que sería conveniente protegerla de actividades al aire libre, actividades con otras mascotas, y proporcionarle una dieta saludable y un entorno libre de estrés.